- Área: 80 m²
- Año: 2023
-
Fotografías:Federico Kulekdjian
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hobby es un café ubicado en el barrio de Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires. Su nombre surge del entusiasmo compartido de sus propietarios, quienes encuentran una verdadera pasión en el arte de hacer café. Descubren alegría en explorar nuevos sabores, maridajes y platos.
De allí surge el concepto de Hobby como un espacio donde los amantes del café pueden experimentar, practicar y disfrutar plenamente esta pasión compartida. La idea del arte como una artesanía nace; una actividad aprendida a través de la experiencia. La identidad del proyecto se define por su enfoque artesanal, abrazando la autenticidad y singularidad del trabajo manual. Inspirado en el concepto japonés de wabi-sabi, el café promueve la belleza en la imperfección y lo efímero. Desde la arquitectura hasta la cerámica y los accesorios de iluminación, el objetivo es capturar la frescura y elegancia de la simplicidad y rusticidad. También sugiere un proceso natural y único en cada etapa, con todas las piezas diseñadas exclusivamente para este espacio, elaboradas por artesanos, a mano y a medida.
El diseño del café ha sido concebido estratégicamente, colocando el mostrador lo más cerca posible de la acera. Esta decisión no solo busca la integración con el entorno, sino que también fomenta la interacción social y la vida urbana en la zona circundante. El mostrador, construido en concreto in situ y tallado a mano, se complementa con asientos cerca de la entrada, aprovechando la diferencia de altura entre el interior y el exterior del café, creando un espacio de transición dinámicamente en términos de uso y escala. El sistema de cerramiento diseñado para Hobby consiste en una puerta elevadiza automática, que le da al café un carácter distintivo que recuerda a un taller. Esta característica ofrece la versatilidad de conectarse directamente con la acera y adaptarse a diferentes condiciones climáticas a lo largo del año. La puerta puede permanecer cerrada, permitiendo solo la apertura de una puerta de entrada y una ventana lateral para pedidos y entregas, o puede abrirse por completo, difuminando los límites entre el interior y el exterior del café.
La paleta de colores propuesta se basa en tonos grises y neutros, extraídos de materiales naturales y crudos, junto con texturas rústicas sin pintar. Estos tonos se complementan con elementos metálicos, maderas y tapizados de cuero, creando un ambiente cálido y acogedor que refleja una fuerte identidad de barrio. Todo el equipamiento, desde mesas y sillas hasta muebles fijos y móviles, así como accesorios de iluminación, vajilla y decoraciones, fue diseñado exclusivamente para Hobby. Se han utilizado materiales naturales y texturas rústicas para realzar la identidad estética del espacio, contrastando acabados rústicos con refinados, y reforzando la identidad del taller artesanal. La propuesta gastronómica de café se desarrolló en conjunto con asesores gastronómicos de manera concurrente con la propuesta de identidad arquitectónica, asegurando que el resultado final sea una experiencia sensorial integrada. Las mesas fueron diseñadas con tapas de chapa de metal horneado y bases irregulares de concreto, complementando el concreto martillado del mostrador, creando contrastes que mezclan materiales de acabados rústicos, artesanales e imperfectos con acabados suaves, pulcros y delicados. Estas mesas están acompañadas de una variedad de sillas y bancos en diferentes formatos.
La mesa comunal principal fue elaborada a partir de una sola pieza de cedro azul, acabada con un brillo natural, mostrando su silueta original. Su base fue concebida como una lámina de zinc plegada en ángulos rectos para asegurar su rigidez, contrastando con la forma orgánica de la madera. Para acompañar la mesa principal, se diseñaron bancos sólidos en forma de tótem de formas geométricas simples, elaborados en madera de pino y nogal. Las sillas interiores del café fueron hechas con tablas de madera de incienso y pino rústicas, abrazando la estética imperfecta del proyecto. También se complementaron con sillas de diseño, realzando la idea de heterogeneidad de muebles.
La biblioteca que acompaña a la mesa comunal se integra perfectamente con el mostrador, proporcionando espacio de almacenamiento para el equipamiento del café. Fue diseñada con lados de chapa de metal galvanizado tensionados al forjado, perforados y plegados para enhebrar estantes de madera de incienso sólida con acabados rústicos. Asimismo, se diseñaron módulos de madera bajo el mostrador, alineándose con la inclinación de la base de la mesa comunal y proporcionando un toque distintivo al área.
La propuesta se extiende a los servicios de cocina y baño, donde se diseñó un límite translúcido y permeable a través de una cortina metálica, reconstruyendo e integrando todo el espacio, creando contrastes entre texturas frías y cálidas.
En cuanto al equipamiento exterior, se realizó con durmientes de quebracho natural, apilados y ajustados para ofrecer flexibilidad y dinamismo en el uso, sirviendo como asientos o superficies de apoyo. Esta área se complementa con mesas adicionales con las mismas características que las del interior del local y sillas móviles, añadiendo una mezcla de estilos y opciones. Este recurso, combinado con la estética predominante del café, crea un espacio cálido con una fuerte identidad de barrio en la calle pública.
En términos de diseño gráfico del local, se empleó de manera sutil, con aplicaciones simples en vidrio y algunos elementos pintados a mano, fusionando la identidad del artesano con un estilo simple y minimalista. El logo de la marca se desarrolló en una de las paredes del café como una luminaria, compuesto por tres elementos en chapa de bronce martillado florentino. Esto, combinado con otras luminarias colgantes de fieltro, concreto y varios textiles artesanales, contrasta con luminarias lineales minimalistas, complementando el ambiente del salón. En conclusión, el proyecto se basa en una profunda apreciación por la estética y la autenticidad, abrazando tres realidades fundamentales: impermanencia, incompletitud e imperfección. Inspirado en el concepto japonés de wabi-sabi, se ideó un espacio que celebra la belleza en lo efímero y la elegancia en la imperfección, creando una experiencia estética y sensorial única. Cada detalle, desde texturas desgastadas hasta imperfecciones deliberadas en la arquitectura, ha sido cuidadosamente considerado para crear un ambiente que evoca una sensación de serenidad y armonía con el entorno.
En un mundo obsesionado con la perfección y la permanencia, nuestro proyecto invita a reflexionar sobre la belleza efímera de las cosas y la riqueza que se encuentra en lo incompleto. Es un recordatorio de que la verdadera belleza reside en la simplicidad y la autenticidad, y que la vida misma es un proceso de evolución constante.